lunes, 27 de septiembre de 2010

El estilo de vida de Tasha Tudor


Tasha Tudor, autora e ilustradora de libros infantiles, cuidaba un hermoso jardín y vivía como en el siglo XIX: tejía telas, fabricaba velas, y hacía manteca con leche de ovejas.

Ella decía "Yo utilizo cubiertos de la antigüedad en el comedor diario. Es mejor que se quiebren en uso, a tenerlos olvidados en una caja. Por eso uso vestidos de 1830. Los diseñadores podrán alarmarse, pero ¿por qué no disfrutar de las cosas maravillosas que tenemos? Ka vida es demasiado corta para no disfrutarla".

Muchas veces nos vestimos todos los días de ropa económica, y usamos la ropa muy costosa sólo una o dos veces al año. Pero cuanto más valioso y costoso sea, más deberíamos mirar, tocar y utilizarlo. Lo mismo se aplica para las personas, la naturaleza, los ojos, los oídos, el corazón y la sabiduría.

Debemos aprovechar al máximo las bendiciones de la oración. Algunos cristianos consideran la oración demasiado santa para acercarse y la miran de lejos.

A veces recitamos el Padre Nuestro. Reiteradamente la Biblia nos enseña la importancia y poder de la oración. Oímos testimonios de muchas respuestas a la oración. A veces, nosotros mismos experimentamos esa vivencia. Pero aúun así, mantenemos la oración en un armario, y una o dos vees a la semana la sacamos para usarla un ratito, y la volvemos a guardar.

La oración comienza cada vez que llamamos a Dios como Padre, y entonces, podemos gozar todas sus bendiciones.

Juan 1:12 "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios".

• La oración que comienza nuevamente / O Gyu-hum

viernes, 24 de septiembre de 2010

El camino hacia el Lugar Santísimo


Imaginemos una escena ante el trono en el juicio de Dios.

Moisés imputa el cargo al acusado: "Dios del cielo y de la tierra, este hombre ha trasgredido la ley que le trasmití".

Satanás acusa: "Oh, Juez justo, hubo momentos en los que él siguió mis caminos".

Todos dicen a una sola voz: "Decláralo culpable. Envíalo al infierno, para que pague sus pecados".

Entonces, el Abogado Jesús se levanta y defiende: "Padre justo, Yo he muerto por este hombre y por toda la humanidad. Pagué  el precio completo de su redención y justificación en la cruz. ¡Decláralo justo en mi nombre!".

¿A quién oirá Dios? Por supuesto que a Jesús. Él es nuestro abogado justo. Ni la ley Mosaica, ni el acusador Satanás, ni las quejas del incrédulo pueden vencerle. La sangre de Jesús cubre mucho mas que todos nuestros pecados pasados, presentes y futuros.

Cuando se encontraba en su lecho de muerte, John Wesley dijo: "Solamente la sangre de Jesús nos permite llegar al Lugar Santísimo".

No hay de que temer cuando el amor de Dios hacia la humanidad se encuentra perfectamente reflejado en Cristo Jesús. ¡No hay condenación para los que permanecen en Jesús! Podemos encontrarnos ante el tribunal, y sólo debemos llamar a nuestro Salvador. Él es nuestro Refugio. Jesús es Juez y la ley misma. Él es nuestra salvación y evangelio.

Si hoy rechazamos o nos apartamos de Jesús, nos encontraremos con Él como Juez. Pero si lo buscamos de corazón, nos encontraremos en el tribunal con Jesús como nuestro Abogado poderoso y fiel lleno de misericordia.

1Jn 2:1 "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo".